Desde que compramos la Thermomix en casa he descubierto un nuevo mundo gastronómico. Realmente este cacharro vale para todo, es tremendamente útil (sobre todo si no te gusta mucho cocinar) y fácil de limpiar, y desde que hice con ella un arroz caldoso de marisco que estaba para morirse (un plato que no había cocinado en mi vida ni intención que tenía de ello), miro el cacharro con un nuevo respeto. Un ente capaz de cocinar algo tan exquisito y casi sin mirar para él se merece mi consideración.
Hoy he hecho los bollos suizos (también conocidos como bollos de leche) del libro de repostería de Thermomix 31. Los he hecho hoy y me han parecido un poco rollo, porque luego hay que amasar un poco la masa y es tan pegajosa que luego tardas una hora en lavarte las manos. Amasar no es lo mío. Pero con la última bandeja he descubierto que enharinando las manos antes se trabaja mejor el potingue y no dejas pringue por toda la cocina.
A continuación os pongo la receta:
INGREDIENTES:
(para 14 unidades de suizos o 35 de medias noches, aprox.)
• 170 g de leche
• 75 g de azúcar
• 120 g de mantequilla
• 40 g de levadura prensada fresca,
• de panadería
• 4 huevos (medianos)
• 550 g de harina de fuerza
• 1 cucharadita de sal (10 g)
Decoración
• 1 huevo
• 100 g de azúcar
ELABORACIÓN:
Pon la leche, el azúcar y la mantequilla en el vaso y programa 2 minutos, 37º, velocidad 2.
Agrega la levadura y los huevos mezclando 5 segundos, velocidad 4.
Incorpora la mitad de la harina y mezcla 15 segundos, velocidad 6.
Por último, añade el resto de la harina con la sal y programa 3 minutos, vaso cerrado, velocidad Espiga.
Deja reposar la masa en el vaso hasta que doble el volumen (30 minutos aprox.).
Retira la masa sobre una encimera enharinada, dale forma cilíndrica con las manos y, con la espátula o un cuchillo corta porciones de 65 g aproximadamente (yo lo hice a ojo; esta es la peor parte de la receta). Dales forma de bola (es una masa blanda y pegajosa) (ni que lo juren).
Forma los bollos aplastando ligeramente las porciones de masa. Colócalos en una bandeja de horno forrada con papel o silpat. Deja reposar en un lugar templado libre de corrientes de aire. Cuando hayan doblado su volumen (45 m aprox.) haz un corte a lo largo. Pinta con huevo batido y decora con azúcar humedecida.
Precalienta el horno a 250º (yo bajé el horno al meterlos hasta 220 porque si no se queman). Cuando los suizos hayan doblado su tamaño, hornéalos 7 minutos (con 5-6 van que chutan; es mejor vigilarlos de cerca a partir del minuto 5º). La cocción debe ser rápida para conseguir que queden tiernos.
Con esta misma masa puede hacer medias noches, tomando porciones de 25 g sin cortar ni azucarar, simplemente pintadas con huevo batido. Puedes adornar espolvoreando semillas de amapola o de sésamo. Hornea 5 minutos a 250º.
Bueno, como decía esto de amasar no es lo mío, pero mi opinión cambió al hincarles el diente. Están sencillamente deliciosos. Suaves, esponjosos, ligeros y sabrosos... Superan con creces el mejor bollo de la pastelería más refinada. No es un bollo para hacer a diario, pero merece la pena tenerlos en el disco duro para hacérselos a los niños, ponerlos en una merienda con amigos o simplemente darse un homenaje. Merecen la pena.